¿Qué es la violencia?, ¿no será la manifestación de las injusticias
que vivimos a diario, en todos los órdenes, en todas las circunstancias,
en todos los espacios de nuestra vida cotidiana? La injusticia, la
inequidad y la desigualdad nos abofetea a cada instante, parece ser que
todo está diseñado para esto.
Mientras los gobiernos, y las dirigencias de élite, políticos,
empresarios, sindicalistas - o sea las clases dominantes - observan
indiferentes, sin reflejos ni creatividad para resolver.
Pero en el campo popular, donde ya no pertenecen, la violencia se revela
en crímenes, pero también en creciente desocupación, en pobreza, en
inflación, en tarifazos, etc y en todas las situaciones donde observamos
injusticia surge la violencia.
A su vez, somos manipulados, mejor dicho educados por los grandes
conglomerados mediáticos, cómplices del poder dominante y que influyen
decididamente imponiendo un "sentido común" que justifica esta situación
de inequidad, rotulando al diferente, excluyendo al que piensa
distinto, no escuchando y a su vez tratando de imponer verdades
absolutas.
Nos han impuesto un modelo de vida sostenido exclusivamente por el
consumo de objetos como camino a la felicidad individual, sin importar
lo que suceda a nuestro alrededor.
La educación cumple un papel muy importante, pero no como eje
transformador sino como reproductor de un paradigma donde reina la
verdad absoluta, la propagación de respuestas y la incapacidad de
diálogo, funcionales a todo un régimen socio-cultural. No hay necesidad
de diálogo, debido a que cada uno defiende su realidad.
Los sistemas educativos estandarizados se han quedado obsoletos,
coherentes a un sistema económico funcional a un mundo irreflexivo, que
necesita una educación de consumo y no individuos críticos.
Como dice German Doin: "La posibilidad de pensar y repensar el mundo,
cuyo motor tiene que ser la pedagogía crítica, fue reemplazado, por uno
que responde a muy poco: estudiar para cumplir el "mandato", estudiar
para aprobar, estudiar para pasar de año".
Por eso la violencia se sigue manifestando, hasta en los pequeños micro
espacios donde se desarrolla la educación: La escuela de hoy, enseña a
ser competitivos cuando rotula a un estudiante bajo una condición
numérica; a buscar sus propios fines, cuando clasifica a los estudiantes
entre buenos y malos, regulares o excelentes, deficientes o superiores,
bajos o altos; a ser egoístas, cuando poco les interesa el Ser del
estudiante, sus sentimientos, emociones.
La violencia blanda, aquella que es imperceptible pero no menos dañina,
motorizada por la creación de verdades absolutas, por la reproducción de
respuestas, gestada en la educación, parece ser la generadora de
conflictos en nuestra actual sociedad (está claro que hay un abanico de
modelos de violencia) La pedagogía de la respuesta tiene un tinte
irreflexivo. No hay pregunta porque no hay cuestionamientos, "esto es
así".
Nada se cuestiona, porque hay un sistema educativo que provoca la
irreflexión, instaura la pedagogía de la respuesta, formando ciudadanos
acríticos, es decir irreflexivos, por lo tanto, aceptamos pacíficamente
situaciones de injusticias, inequidades y desigualdades.
Nos preguntamos: los políticos que elegimos realmente nos representan?
los legisladores hacen leyes para beneficio del pueblo?, los jueces
regulan la justicia para bienestar general?, los grandes empresarios
comparten equitativamente sus pingües ganancias con sus trabajadores?,
los sindicalistas defienden exclusivamente los intereses de los
trabajadores?
Necesitamos transformar esa pedagogía de la respuesta por una de la
pregunta, del cuestionamiento. Formar personas críticas: al entorno, a
la cultura, a la sociedad toda, para poder hacer un cambio que permita
erradicar la violencia y transformar el mundo. Para eso necesitamos
cambiar el paradigma educativo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario