UN CORDERO PREGUNTON
Un cordero no sabe que los pastores lo consideran como tal, él
simplemente transcurre sus días en el rebaño, oculto en la manada. Parece ser
feliz en su ignorancia, no darse cuenta que ha renunciado a la naturaleza, a su
esencia, que ha vendido su enjundia a cambio de la “seguridad” que el pastor le
provee. Pasó de ser un animal que lucha por su especie a la mansedumbre
proporcionada por la facilidad de mirar y encontrar a su pastor, su guía; pero también su verdugo. El cordero intuye que
su cómoda vida le ocasionará la menor cantidad de bajas posibles, solamente las
que sean necesarias, entonces entregará sumiso sus dones, morirá cuando el
pastor lo necesite, cuando lo desee.
¿Sómos en una sociedad de corderos? Se interroga
Corderos son todos aquellos
inocentes animalitos que transitan una vida cómoda. ¿les imponen una
determinada forma de vivir? Y si es así, ¿se dan cuenta de ello? y al
advertirlo, ¿actúan para revertirlo?.
Entonces, ¿cómo deberían hacerlo?
Ahora bien, si les imponen algo,
quiénes son los que determinan esa forma
de vivir?. Les ofrecen un mundo
reglamentado por pocos con sus leyes, sus valores y su forma de ver la
vida. Y los pastores cumplen. Guían al ganado para sobrealimentarlo (hiper consumo), vivir pasivamente (sin molestar) en el corral
(encerrados) sin reflexionar sobre la existencia y reproduciéndose masivamente
hasta el día del sacrificio. Darán la
carne, el cuero, las viceras (diversas formas modernas de explotación).
Para cumplir este mandato
social-cultural el pastor utilizará ese terror ancestral del cordero al lobo
(religión, educación, moral social), lo mantendrá bajo su manipulación y su
tutela conveniente y taimada. La imagen del lobo al acecho, tan necesaria para que
se mantenga sumiso. (EL PODER, RELIGIONES, CONSUMISMO)
El corderos se
pregunta: ¿Soy feliz?, quizás esa
“felicidad” esté conformada por la tranquilidad que les proporciona cumplir con
los valores impuestos. (consumismo)
¿Cómo identificar a los
pastores?
Maestros, sacerdotes, políticos,
instituciones burguesas, en tanto y en cuanto cumplen esas leyes. Vigilar y
controlar al rebaño les proporcionará satisfacción al aplicar con rigurosidad
la norma para algún cordero “descarriado”. Viven la ilusión de que son “ellos” ,
los pastores, los que mandan.
Pero, los que Crean las
reglas, son los que mandan de verdad. Son los más fuertes, los que tienen el
poder real.
Y si son los más fuertes y poderosos, ¡son los lobos! - deduce el
cordero.
Y piensa: ellos sí que gobiernan
verdaderamente, imponen entre bambalinas todo lo que sucede en el mundo. Pero tienen
una debilidad latente, inadvertida por ahora por el
rebaño y los pastores: la posibilidad que en algún momento por alguna
circunstancia los dominados tomen conciencia de su esclava y sumisa situación y
exploten rebelándose contra todo ese orden establecido por la fuerza, a través
de toda la historia
¿Quién o quiénes dominan el mundo actual? ¿Los
lobos o los pastores?
Al mundo lo organizan y dominan los lobos. Si, los
lobos BANCOS Y/O ENTIDADES lobo
FINANCIERAS MULTINACIONALES. O SEA EL PODER REAL EN EL MUNDO lobo CAPITALISTA, asociados a los lobos de la
OLIGARQUIA MEDIATICA.
Estos organizan la sociedad de tal manera que todo debe confluir en
sus arcas, que los dineros de las economías, o sea todo el circulante depende y
debe terminar de alguna forma en las cuentas de dichos lobos bancos. Esos lobos se sostienen sobre
un sistema propagandístico desplegado por los medios de comunicación masivo,
sumado a través de las redes sociales - INTERNET y sus brazos accesorios como
la computadoras, teléfonos móviles y extensión de la industria del
entretenimiento -. Un paso hacia adelante
para el mundo de corderos, que existe porque sirve directamente a los negocios
de los lobos.
Desde este PARADIGMA “los que mandan” organizan la sociedad lobo de consumo
de forma tal que todos se crean libres sin ser libres, tomar decisiones sin
decidir nada, y elegir una vida sin
darse cuenta que sólo optan lo que les ofrecen.
Porque para el lobo capital y la propiedad es de ellos, la cuidan,
la custodian y la resguardan con un ejército de fieles e irreflexivos pastores,
entonces cuando algún cordero quiere tener parte de esa propiedad, de esa
riqueza de la cual fue su verdadero artífice y constructor, los lobos y su
sistema lo acusan de usurpador, ladrón y vago.
Ahora, vuelve a preguntarse el cordero, ¿quién es el verdadero
ladrón?. ¿Acaso el simple cordero-trabajador ya sea agricultor, albañil,
zapatero o panadero que día tras día construyen riqueza para otro, a cambio de un mísero salario de
subsistencia? ¿O aquel que pagando migajas va acrecentando su capital, su
riqueza?
El cordero-minero que gana su pan en las entrañas de la tierra, sin
ver el sol, el que puede morir de un momento a otro víctima de una explosión;
el cordero-limpiador de vidrios de edificios que deambula colgado que puede
caer y hacerse mil pedazos; el cordero-marinero quién conoce el día de su
partida pero ignora si llegará a puerto. Un buen número de corderos-obreros
contraen enfermedades fatales durante el ejercicio de su oficio, se agotan, se
matan para crear riqueza para esos lobos
poderosos; y hasta los corderos-gendarmes, los corderos-policías que por un hueso que les dan a roer,
encuentran la muerte en la lucha que emprenden contra los enemigos de los
lobos. Y también los corderos-maestros que difunden la palabra de los
poderosos. (Esto no lo entiendo. Es como otra idea)
Ya ven, sólo es un simple cordero preguntón que piensa su existencia
escribiendo para que otros corderos al menos lo lean, piensen, se pregunten y
hagan lo mismo.
Como dice Chomsky “…se han dedicado enormes esfuerzos en inculcar el
Nuevo Espíritu de la época y hay industrias fundamentales consagradas a la
labor: relaciones públicas, publicidad y marketing en general, todo lo cual
suma una parte enorme del producto interior bruto. Esas industrias se aplican
en lo que el gran economista y político Thorstein Veblen llamó “fabricación de
deseos”. En palabras de los propios empresarios, la labor consiste en dirigir a
la gente hacia “cosas superficiales” de la vida, como el “consumo en moda”. De
esa forma la gente puede atomizarse, se pueden separar unos de otros; solo se
busca el beneficio personal, y se aleja a la persona del peligroso esfuerzo de
pensar por sí misma y enfrentarse a la autoridad…”.
Autores: JUAN JOSE DELIBERTO/ANDRES SIMON
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